Autor: Raúl Edgardo Mana Hespir
Nacido en San Francisco, Provincia de Córdoba, República Argentina.
Padre de tres hijos y abuelo de tres nietas.
De profesión Ingeniero Civil que se adentró a experimentar en paralelo y tardíamente en el mundo de la cultura, de la pintura y de la escritura, para intentar concretar anhelos internos o posibles dones no desarrollados en la juventud.
Orgulloso descendiente de inmigrantes pioneros Alsacianos, Piamonteses, Sicilianos y Sirio Libaneses que llegaron a la Argentina con la ilusión y la esperanza de una nueva vida, sacrificada pero fructífera en las realizaciones personales, familiares y laborales, dejando un legado a las siguientes generaciones, de valores fundamentales para el crecimiento y desarrollo de nuestra sociedad.
Escritos de El Señor de los Estribillos
Los contenidos del presente libro, sin imaginar en su momento que éste sería el destino final de los escritos, los fui elaborando en el transcurso de mi asistencia a distancia al Taller de Escritura Creativa Virtual, que dictó la Lic. Mélody Contreras en el Año 2020, estando aislado en mi domicilio, en virtud de las disposiciones emanadas del Poder Ejecutivo Nacional de la República Argentina, a raíz de la Pandemia Mundial por el Coronavirus, enfermedad que afectó hasta la fecha a setecientos sesenta millones y diezmó a quince millones de seres humanos en nuestro planeta.
Desde la soledad de mi confinamiento, en un esperado día de cada semana, como se registra más adelante, de los meses de este fatídico pero en mi caso productivo año, establecí un vínculo muy especial con nuestra coordinadora, un ser excepcional de exquisita personalidad y capacidades y con mis incomparables compañeros, para ir abordando en variadas temáticas y a través de diferentes modalidades, el particular aprendizaje de escribir con imaginación y creatividad, rompiendo tradicionales estructuras y tecnicismos adquiridos a lo largo de los años por mi formación profesional, de los que no reniego.
Como podrán apreciar en las páginas siguientes, a cada uno de los escritos semanales y en concordancia con la temática abordada, le agregué una imagen de una obra pictórica de mi propia autoría y de mis tres nietas Ema Mana De Giovanni, Zoe Mana De Giovanni e Isabella Mana Fasani, que crearon durante las clases virtuales de pintura vía zoom que les dedicaba durante la pandemia, medio propicio que me permitía en paralelo generar un canal de comunicación con las mismas, ante la imposibilidad del contacto cercano tan necesario.
Además incorporé las simpáticas pinturas de dos mascotas favoritas, Nicaragua y Kahlo, creadas especialmente para mi persona por Mónica Castillo, dedicada y detallista pintora, compañera del Taller de Pintura al que asisto.
Solicitando de antemano la benevolencia al juzgar a un aprendiz en el arte de las letras, los invito a transitar estos escritos, que nacieron en un año de mi existencia plagado de emociones profundas y de situaciones atípicas, que consideradas hoy a la distancia, parecen inconcebibles e irracionales. Pero aun así, conforman una enriquecedora experiencia de vida.