Eduardo Pérez Forte
Foto: Francisco Delgado
Nació en la ciudad de Buenos Aires el 16 de agosto de 1950. A los 6 años toda la familia se trasladó a Córdoba.
Su padre (El conocido Ingeniero José Pérez Forte) era aficionado a la fotografía, y él desde los 11 o 12 años lo acompañaba a tomar fotos, llevaba 2 cámaras una para blanco y negro (“Con la que me permitía hacer algunas tomas”) y otra para diapositivas.
Su primer trabajo fue en un laboratorio fotográfico en blanco y negro que era lo que se usaba en esa época.
Fue heredando cámaras de su padre, pero en realidad no tomaba muchas fotos debido al costo de la película.
Para fines de los años 70 pudo comprar un equipo profesional de cámara réflex y 3 lentes.
En los años 80 participó en un curso de fotografía en la escuela de Arte Emilio Caraffa de Cosquín.
Desde chico tuvo un gran amor a la naturaleza.
En los 80' fue cofundador de un grupo ecológico con mucha actividad en su momento como, difusión, colaboración en una ordenanza de extracción de áridos y participando en el Congreso Pedagógico Nacional y en el Comité de Cuenca.
A partir de la ley provincial 7343 de medio ambiente integró el primer grupo de defensores ambientales.
A partir de la pandemia la posibilidad de desplazarse fue casi nula, lo que no podía encontrar motivos nuevos para fotografiar.
Las aves, vienen a su casa, son distintas especies, distintas luces e infinitas posturas y acciones irrepetibles.
Ahí comenzó realmente su fotografía de naturaleza, en pocos meses logró fotografiar sesenta y tres especies sin salir de su hogar.
Descubrió una labor extraordinaria que combina una serie de actividades donde cada una de por sí, resultan apasionantes.
El arte, la técnica, el estudio y fundamentalmente el contacto con la naturaleza, el poder transmitir por medio de la fotografía el conocimiento y la conservación que es imprescindible, es lo que le da tanto placer.
También disfruta de los viajes y comparte en camaradería.
Es un “cazador de imágenes” trabaja y existe con la naturaleza, no en su contra.
La respeta. Toma lo que la naturaleza le da, se adapta y continúa.
Usa su conocimiento de ella y aplica ese aprendizaje, con diversas habilidades que ha desarrollado.
Se aventura al aire libre completamente preparado para lo que la Madre Naturaleza le arroje. Pueden sentir y oler en su entorno. Entra en relación con la naturaleza y no deja rastro.
Martha María Lupacchini
Nació el 28 de julio de 1947 en Las Rosas, Provincia de Santa Fe.
Su madre Irma Sánchez, su padre Juan Lupacchini.
La infancia, adolescencia y varios años de casada transcurrieron en Las Rosas.
Casada y viuda de Aloncio Miguel Pontini, tuvieron tres hijos: Verónica María, María Gabriela y Diego Miguel.
El 6 de abril de 1980 vinieron a vivir a Carlos Paz, junto a los niños. Se reconoce santafesina de nacimiento y cordobesa por adopción.
Hoy Martha esta jubilada desde hace 14 años.
Con el tiempo, sin su compañero de vida, Martha retoma la pintura.
Y llegó la tecnología, con el celular y su cámara. Martha comenzó con sus caminatas y sus fotos.
Un día en el 2016, alguien, le dio la oportunidad de utilizar una cámara con zoom.
Su pasión por la fotografía de aves, surgió en un viaje que hizo con el grupo coral a Santa Fe.
Era una mañana de sol, sacando fotos en una parada de estación de servicio, ve de pronto un pájaro que se paseaba confiado entre la gente. Toda una oportunidad: Apunto al piso y sacó su primera foto, a un pájaro, después se enteró que era una Calandria
Así quedo “pegada “con sus fotos de aves.
Comenzó a buscarlas en sus caminatas y se volvió una pasión.
Esta aventura de sacar fotos, la llevó a conocer aves que no sabía de su existencia.
Cuando tiene dudas, busca en internet y se interioriza acerca de ellas
Personalmente lo único que la mueve, es atrapar la belleza de estas criaturas aladas.
Lo considera un regalo para los sentidos.
La apariencia y el canto de las aves, la hace proseguir, y la ayuda en su madurez a mantenerse activa.
Sus aves preferidas son las acuáticas y los pájaros carpinteros. Aunque a la hora de sacar una foto le produce la misma sensación de admiración
No tiene fotos favoritas, no sabría por cual inclinarse, todas en el podio en belleza de colores.
Lo cierto que, aunque alguna foto no sale del todo bien, le cuesta quitarla.
Intrépida y, por ello, con habilidades para afrontar situaciones diversas.
Inquieta: siempre busca lugares nuevos a los que escaparse y en los que evadirse
Generosa: Compartiendo con el lector todo su arte y paciencia, expresado en sus numerosas fotos.